domingo, 25 de octubre de 2015

3er FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CACAO Y EL CHOCOLATE

COYOACÁN


El fin de semana fuimos de paseo al Centro de Coyoacán a disfrutar de cualquier cantidad de bebidas, golosinas, comidas y productos de belleza (Si, ya se...) hechos con base de cacao.




Fue un día soleado y caluroso al que le calló de perlas el agua de chocolate (si, agua de chocolate. no chocolate con agua ni chocolate con leche. Eran AGUAS FRESCAS DE CHOCOLATE!!) de LA RIFA y las curiosas expresiones artísticas que habían ahí, como la piñata de nativo norteamericano que no dejaba que te sintieras cómodo en una de las bancas del lugar. Lo más raro es que en una expo de cacao (Que crece en México) en el Centro de Coyoacán (¿Puede haber lugar más mexicano?) se les ocurrió que podían poner a un nativo norteamericano porque son súper creativos... seguro fue por eso (Yo hubiera puesto mejor a Moctezuma o algo así, pero bueno...).






En fin. La razón por la cual les comparto ésta experiencia no es el chocolate ni la ironía intercultural de la expo. Lo que realmente llamó mi atención como diseñados industrial fueron dos cosas que les voy a contar a continuación:

Primero: Nos encontramos con una idea de mercadotecnia artesanal espléndida desde mi punto de vista. Era un puestito coyoacanesco como los que todos conocemos, con su estructura de PTR mal soldada, su manta para cubrir de la intemperie y una mesita llena de artesanías de lo más curioso que no puedes pasar sin ver y ponerte a chacharear un poquito. Lo que más llamó mi atención después del conglomerado de gente que se amontonaba para ver un "algo" en ése puesto en particular fue precisamente ese "algo" que tenía a todos embobados, tomando fotos y comprando cositas: a alguien se le ocurrió la genial idea de llevarse un torno (SI, LA MAQUINA!!) y un tornero y colocarlo en una sección del puesto a trabajar sus artesanías, BRILLANTE!! la gente no paraba de comprar, el puesto nunca dejaba de estar lleno y los Diseñadores Industriales no dejábamos de criticar que si bien el señor era extremadamente hábil (era de esperarse) el modo en el que trabajaba era muy incorrecto, dañaba sus materiales, el torneado quedaba con una calidad un poco menor a lo que realmente se podía lograr con sus herramientas y hacía las cosas al aventón (tal vez porque probablemente ya estaba harto de tanto trabajo y tanta gente encima de él tomando fotos). También notamos que tenía una manera muy peculiar de generar los detalles que era quemando superficialmente la madera con otra madera para darle un color negruzco y ésto lo único que hacía era atraer más gente por la nube de humo provocada por dicha fricción.






















Preguntenme ¿Cuánta gente compró ahí los 4-5 minutos que me detuve a ver? MUCHÍSIMA!! NO PARABAN!! Definitivamente fue una excelente idea usar como motivador de venta el "espectáculo de la creación artesanal".


Nótese: El Cofre que dice "Propinas"



Segundo: Me encontré con una empresa emergente que ideó un proceso de producción de bombones que da una consistencia exterior similar al confitado pero que no es confitado y el resultado es excelente, son unos dulces maravillosamente ricos y con una apariencia muy peculiar y colorida a la cual no me dejaron tomarle fotos (ya todos sabemos porque). Me explicaron muy rápido el proceso que consiste en variaciones de temperatura, ingredientes y tiempos de reposo de los bombones, pedí que me contaran más pero no lo hicieron, en vez de éso me ofrecieron asistir a alguno de los talleres que imparten donde te enseñan ampliamente como los hacen. Un proceso muy interesante (lo poco que me contaron) y con un resultado todavía más interesante (y delicioso). Les dejo la tarjeta que me dieron por si a caso.





Pero después me surgió la duda: ¿Habrá o será útil, mejor o necesaria la ayuda o la intervención del diseño industrial en labores como ésas? Yo creo que si. De todas las observaciones que hicimos mis amigas Diseñadoras y yo nos surgieron un par de ideas que podrían ayudar a mejorar y eficientar la producción de éstas artesanías sin que pierdan su riqueza cultural y pienso que en México hace mucha falta que la gente conozca un poco más y de la bienvenida al diseño industrial como herramienta para negocios de producción ya que por una u otra razón el diseño aún no se percibe como una disciplina útil en México, Tal vez porque culturalmente al Mexicano le gustan los negocios que den resultados y ganancias lo más inmediato posible, contrario al diseño que implica una inversión que si bien dará un margen de eficiencia de capital mucho mayor, ésta se demorará un poco más... ¿Quién sabe? Ésa es mí opinión.



Fricción y más fricción.
Nosotros




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